La fotografía es de Nelson y Bego |
Me identifico plenamente con la vibración de
Octavio Paz, Aquí donde vivo, a 30 kilómetros al oeste de Montréal, me es
imposible asociar el Otoño con la melancolía…
la nostalgia, o la extinción de
algo, recurrencia habitual de la poesía.
Las fotografías son de Bego y Nelson |
El Otoño, en nuestra Seigneurie de
Vaudreuil-Dorion es un pintor loco, un loco poseído por los fulgores.
Las fotografías son de Nelson y Bego |
Las gaviotas planean sobre el río
incansablemente… Las garzas, quietas sobre los peñascos, señoriales, parecen
periscopios auscultando quizás la ruta que cogerán mañana… Todo en una
atmósfera de infinitos matices grises, negros, rosados, amarillos, dorados,
verdes, ocres, rojos, en fin…
Termino de cruzar el puente… Sé que me
encontraré con un pequeño bosque, sólo un pequeño bosque, que sin embargo
contiene más colores que el más avezado pintor de antaño o moderno… “¡cuánta
belleza suelta!”, me digo recordando los versos de Octavio Paz.
Definitivamente, ante el Otoño de
Vaudreuil-Dorion me acontece lo mismo que ante una obra de arte: me es
imposible transmitir los matices de mi emoción… Y no puedo decir qué árbol, qué
hoja o arbusto es más maravilloso. Por eso mismo termino eligiendo fotos al azar
para incluir aquí.
¿Sabes lo que es ver danzar una hoja en el aire – algunas cadenciosamente, otras, casi coquetas - luciendo sus colores a golpes de luz y sombra hasta llegar a formar parte de la alfombra maravillosa del bosque…?
Te esperarémos hasta el próximo año, magnífico
Otoño, para entrar en tu esplendoroso Museo de Arte
La fotografía es de Bego y Nelson |
Mi mujer y yo todos los años, cuando llega
Octubre, nos declaramos “cazadores de Otoño” y nos introducimos en él cargando
la cámara fotográfica, maravillados.
Felizmente hoy día existen las cámaras digitales
profesionales, y para amateurs como nosotros. Aunque Begoña cada día adquiere un
ojo más profesional y su cámara en realidad es respetable. De
otra manera, los otoños serían nuestra ruina. Porque no bien mi mujer dispara
sobre aquel árbol, tres, cuatro fotos, cuando el arbusto, el que está medio escondido inmediatamente detrás, un
simple arbusto salvaje que ya lo quisieras ante tu jardín, te seduce con sus
llamaradas irradiantes… Sí, “En llamas, en otoños incendiados/…”, como dice don
Octavio.
La fotografia es de Nelson y Bego |
¿Qué melancolía puede caber en medio del
incendio de tan innumerables formas e infinitos colores…?
¡Exultante! Esa quizás se la palabra que expresa
la emoción que me provoca este Otoño en cada árbol, hoja y arbusto.
¿Sabes lo que es ver danzar una hoja en el aire – algunas cadenciosamente, otras, casi coquetas - luciendo sus colores a golpes de luz y sombra hasta llegar a formar parte de la alfombra maravillosa del bosque…?