Un grupo optimista de científicos agrupados en CIEC (Grupo
Intergubernamental sobre la Evolución del Clima), recientemente ha rendido un informe en el cual expresa la esperanza que nuestro mundo - nuestro Globo Azul en el que vivimos -, podría
ser habitable todavía un poco más allá de mil setecientos millones de años.
Pasado ese tiempo…, se cierra el boliche… (¿?) A tocar el bombo a otra parte.
¡Mil setecientos millones de años! ¿Usted cree que les dará
el cuero a quienes nos sucedan para aguantar esos millones de años?
Échele una mirada a las noticias de ayer, de hoy, de mañana.
Sean noticias nacionales (el país en donde usted reside), o internacionales si
le gusta mirar más allá de su ombligo.
Y si lo hizo, le pregunto: ¿verdaderamente usted piensa que
a los mencionados científicos les habrán hecho un examen de alcoholemia antes
de rendir el informe?
Casi en un 20% ha aumentado el gasto en armamentos en el
mundo. Al mismo tiempo, cada día es más difícil encontrar un lugar en el mapa
en el cual los homínidos no se estén matando masivamente, u otros, para sacarse
la “neura” matando a mansalva niños, gente de la calle o a su pareja.
Mil setecientos millones de años... ¡Están curaos los del
CIEC! ¡Borrachos como una cuba! Quién sabe, estos científicos de marras, quizás
recientemente anduvieron por Chile durante las Fiestas Patrias, en donde
solamente por accidentes de tránsito murieron como 40 homínidos. ¡Esas son
fiestas, mierda! (Sería interesante que algún periodista avispado averiguara
cuántos nacimientos hubo durante dichas fiestas).
Dejémonos de informes, amigas y amigos lectores. Usted y yo
sabemos que son escasos los grupos de seres humanos que están haciendo algo
para proteger este Globo Azul. Grupos que, a nosotros los homínidos, nos son
absolutamente indiferentes. “Estando yo caliente, ríase la gente…”
En el año 40.272,
la sonda Voyager 1, que abandonó nuestro Sistema Solar este año 2013 (por
primera vez en la breve historia de nuestra humanidad) pasará a 1,7 años-luz de
una oscura estrella de la constelación de la Osa Menor...
Es probable que esa nave sea el único testimonio de que
alguna vez existió un Globo Azul en una esquina perdida de la Vía Láctea.
Si la avaricia rompe el saco…, los bobos estamos rompiendo
el Globo...