El Pontífice Francisco, acaba de señalar
que la difusión del evangelio no depende de los recursos : "Jesús
mandó a sus discípulos a predicar sin billetera, sin chaqueta y sin
sandalias", dijo.
Aparte de lo significativas que resultan esas
palabras en el « mundo occidental y
cristiano » en la actualidad, me traen a la memoria una anécdota real que
parece chiste.
En una familia que tenía amistades con varios religiosos, al momento que estas visitas se retiraban, coincidió que alguien le preguntó al niño menor de la familia :
-Jorgito, ¿qué te gustaría ser cuando
grande ?
-Obispo…
-¿Obispo… ? ¿Por qué ?
- ¡Para tener un cochazo como
él !