A excepción de un latinoamericano, cualquier otro extranjero que visite Chile, pasará por inocente si da crédito a varias expresiones utilizadas por los ciudadanos de este país.
Antes que nada, quiero advertirle que en este país, no existe la afirmación clara, nítida, del SÍ. Como tampoco existe el rotundo NO.
De tal manera, señor extranjero, que le prevengo ante la expresión chilena: “Ya, de acuerdo”. Frase ésta de uso corriente, que aparentemente implicaría un compromiso formal entre las dos partes.
Sin embargo, nada más ajeno a la realidad. La frase se utiliza precisamente para escapar del SÍ o del NO.
Menos aún, amigo extranjero, usted debe dar crédito a la expresión: “Quedamos en eso…”. Porque, claro, usted pensará que luego de la reunión que tuvo con el ciudadano chileno, éste le ha manifestado su acuerdo en lo que usted propuso. No señor. Dicha expresión y la nada misma, es igual. Por favor, anote la frase en su bitácora de viaje, pa qu´en Chile no lo agarren pal hueveo (excusez-moi!).
Entre otras aventuras, tal vez en su visita a Chile usted puede hacer amistad con algún chileno, y en su inocencia creerá estar siendo invitado para juntarse, reunirse, etc., si su amigo chileno le dice: “Veámonos un día”. O peor: “Veámonos uno de estos días”. Y peor aún: A ver si nos vemos en uno de estos días”.
¿Se da cuenta? ¿Me capta? Ya se trate de negocio o de amistad, usted debe estar prevenido ante ese tipo de frases. Del mismo modo que de esa otra frase: “ya, entonces, nos llamamos”. Frase, al parecer, pronunciada originariamente por Werner Heisenberg, aplicando el principio de incertidumbre.
Aunque pese a todo, usted tal vez sea proclive a creerle a los chilenos cuando lo citan a un negocio o a una reunión de trabajo o amistad, y le dicen: “Veámonos tipín 8…” Usted se ensartará medio a medio si piensa que lo han citado a las 8 horas. Para un chileno las horas no son una unidad de tiempo, sino una aproximación horaria.
“Ya, pus, ahí lo vemos…”. ¿Cuál puede ser su conclusión ante una frase como ésa?
Es que mi amigo, aunque usted no lo crea, la relatividad la percibieron los chilenos mucho antes que la enunciara Albert Einstein.
Y si no me cree, medite esta frase: “En cuanto tenga tiempo (¿?), te llamo”. ¿Me cacha? Y aún, piense en esta otra: “Voy y vuelvo…”
Todavía tengo que decirle un par de cosas – en realidad no son cosas, son palabras obviamente -: si visita Chile en este año 2012, sepa Dios con cuántas otras expresiones se puede encontrar. Pero le aseguro que ninguna será para decir SÍ o NO.
No hace tantos años, la fauna servía en Chile para comunicar ciertas emociones. ”Esto está caballo”. “Esas cabras están el descueve”. “Te fuiste al chancho”. “Chanchita mía”. “Putas que erís burro, huevón”.
Pero en fin, no lo voy a confundir con el léxico popular. Como usted sabe, aquí y en la quebrada del ají, el lenguaje siempre está modificándose.
Lo importante es que en su visita a Chile no deje de comprarse – fíjese, ¡comprarse! ¿A quién, a usted mismo? - una libretita, y va anotando lo que escuche.
Esta constante relatividad verbal del chileno ¿será expresión de su carácter? A propósito, cuentan que un chileno, al momento que el cura le preguntó: ¿Acepta a fulana por esposa? El novio respondió: Bueno.
Pero, claro, si después de todo lo que le he advertido, me responde “Ya, listo nomás”, tengo que concluir que “usted me está agarrando pal chuleteo”.
Chao pescao.