jueves, 21 de enero de 2010

Chilean analysis, o tranquilo el perro











¡Qué le pasa, mi amigo! ¿Por qué preocuparse? ¡Y qué! ¿Que ganó Piñera? ¿Que perdió la
Concerta…? ¡Y qué! Tranquilo el perro… Si usted es de los que ha estado ganando plata con la política de la Concerta, va a seguir ganando plata con la Alianza por Chile. Tiene asegurada la continuidad del neoliberalismo por otros 4 años. ¿De qué se queja? Usted es de los ABC1. ¿Qué le hace el agua al pescao?

Ahora, si usted es “de las chacras”, quiero decir, que perteneciendo a la eufemística escala social, esa de los C2 Y C3 (clase media, tirando pa “medio pelo”), y peor aún, si pertenece a los D y E - casi codeándose con los torrejas, por ser usted de la clase obrera y de los trabajadores más pobres -, si usted es de esos, ¡qué quiere que le diga, mi amigo…!

Le voy a ser franco: si hay alguna epidemia en este mundo que no es contagiosa, esa es la riqueza. Así es que si usted creyó que votando por un millonario, lo infectaría alguna bacteria… Ya sabe…, en ese caso usted no es de las chacras. A usted, seguro que le cantan aquello de: “¡Cómo no te han de llamar/ mata de, mata de arrayán florido!”

Y no me venga ahora conque si la segunda vuelta hubiera sido entre Seba y ME-O… ¡Que no! Que este último, aún es una ponchera recién revuelta. Hay que esperar que se aconchen las presas todavía, pa saber qué tal es ese ponche.

Así es que, tranquilo el perro. Piñera, viene al pelo pa seguir la fiesta. Fueron, seis millones, novecientos cuarenta y dos mil seiscientos un (6.942.601) electores, que decidieron darle continuidad al neoliberalismo, administrado eficientemente durante 20 años por la Concerta. Seguro que entre alguno de esos seis millones de votos está el suyo… ¿O usted se fue en la onda del amurrao?






Tranquilo el perro… Usted, siga dándole altos rating a los programas que usted mismo ha convertido en los más populares. Esos, que le han ayudado a entretenerse tanto, que usted se va a morir de la risa por cuatro años más, mientras le seguirán pasando gatos por liebre. ¡Además, la cultura de masas está tan interesante! Ahora las telenovelas se han transformado en tetanovelas, y algunas señoras piensan que sería justo que también derivaran en penenovelas.

Tranquilo el perro, compatriota… ¡Qué diablos! “El carácter del hombre hace su destino”, dicen que dijo un caballero que le gustaba tomar caldo´e cabeza. Así es que, si usted está entre los seis y tantos millones que se encuentra conforme con el rumbo que se sigue allí en la larga faja, mejor boquita cómete un pavo.

¿Que la Pacificación de la Araucanía, se está reeditando con descaro?: “Bah, total, son mapuche”. Como ayer, quizás, dijeron de usted mismo o de su pariente desaparecido o exiliado: “Total, es marxista”. ¿Que según los peladores, el 66% de los chilenos no lee un libro en el año? “Bah, es que es más entretenido chuparnos la sangre unos con otros”.



 


Aunque, ¡chante la piola! La última cifra sobre la lectura, significaría a vuelo de pájaro, que de los seis y tantos millones de electores que votaron por Frei y Piñera, más de cuatro millones y medio no había leído un libro durante un año. “¡Chis!, así cualquiera gana, pus!”

Según el historiador Gabriel Salazar, cuenta que unos médicos copuchentos han dicho que el 46% de los chilenos padece de neurosis o depresión. Dato del cual se puede colegir que más de 3 millones de los electores, pudieron estar bajo padecimientos de una neurosis, o de una depresión en las dos últimas elecciones. Asunto que ayudaría a comprender no sólo los recientes actos electorales, sino sobre todo, el afán de muchos chilenos que desean vivir muertos de la risa, con la cabeza bajo la arena.

Tranquilo el perro... Siga gozando o sufriendo – según el peldaño que usted ocupe en la escalera chilena - el magnífico modelo que hace ganar plata a los que tienen plata. Tranquilo... Puede seguir en la cultura de la farándula, mientras le venden a los extranjeros la mitad del país. Tiene tiempo. Porque probablemente pasarán varios años, antes que en mi “largo pétalo de mar/ y vino, y nieve…”, se levante una verdadera alternativa de izquierda.

Una izquierda que nos ofrezca una cultura no solamente de alegría o para soñar, sino, al contrario de anestesiar nuestra conciencia crítica – como ha sucedido en los últimos veinte años -, nos ofrezca una cultura que despierte y desarrolle nuestra conciencia para avanzar hacia un país digno y desarrollado.

Personalmente, esa izquierda no la necesito expropiadora, ni con partido único, ni dictaduras de ninguna especie. Me basta que aspire con sinceridad a un reparto equitativo, e igualdad de oportunidades: “De cada uno según su capacidad, a cada uno según su trabajo”.

sábado, 9 de enero de 2010

Interviú en Chile

Dalí



“CHIPILEPE, 10 JANUARY: IPINCEPERTIPIDUPUMBREPE APANTEPE EPEL DIEPICIEPETEPE DEPE EPENEPEROPO”

-¡Ciupadapanapos!

-¿Ah?

-¿Quepe nopos upunepe epen epenstepe ipinstapantepe?

-El asaíto después de ir a votar, pus jefe…

-¿Quiepen nopos llapamapa?

-Era la patrona, jefe. Con esto de los celulares me tienen cortito…

-¿Epencependipidapas lapas pupilapazapas ypi frepenépetipicapas lapas mapanopos?

-¡Ah…, bueno, no! Yo le había entendido… Esos otros, son los candidatos, pus, jefe…

-¿Apa quepe viepenepe epesepe clapamopor quepe sopor epel apairepe sepe deperrapamapa

-¡Es que vamos al mundial de Sudáfrica, caballero…!

-ypi repentumpumbapa epen epel coponfipinopo?

-Sí, claro, retumba, porque esta vez el loco Bielsa se trajo un bombo legüero desde Argentina, jefe. ¡Chichichi, lelele, viva Chile, mierda!



“¡EXIJO UNA EXPLICACIÓN!”, decía Condorito.

Santiago de Chile, 10 de enero, 2010.

sábado, 2 de enero de 2010

TU PATRIA DE LUZ TE ESPERA...


Nelson Villagra en El Señor de las Luces



Los finales de Año, conservan un hálito misterioso que nos incita a enviar buenos deseos a personas que tal vez no les volveremos a escribir en el resto del año.

Y ese hecho suele provocar encuentros y reencuentros inesperados, sobre todo entre los adultos. Los años, pese a que tienen la desventaja de alertarnos que el tiempo pasa, nos permiten sin embargo apreciar con mayor profundidad las vueltas y sorpresas infinitas de la vida humana.

Con el flaco Mario, mantuvimos una intensa amistad de infancia y adolescencia avanzada, en mi ciudad natal, Chillán. Amistad que se fue diluyendo cuando yo me fui a estudiar teatro a la Universidad de Chile, en Santiago.

El flaco Mario, era estudiante de “bel canto” en la Escuela Artística de nuestra ciudad. Y algún tiempo después, cuando yo regresé ocasionalmente de vacaciones a Chillán, mi amigo Mario era chofer de buses urbanos. Pero en uno de esos regresos, me contaron que el flaco Mario se había ido de Chillán con rumbo desconocido.

De aquel tiempo han pasado más de 50 años. Y de pronto, ¡sorpresa! El flaco Mario aparece ahora, luego de esos casi 60 años, escribiéndome una larga carta a mi dirección de correo electrónico.

Carta, que me resultó absolutamente sorprendente, porque su contenido contrasta tanto con la personalidad de su infancia y adolescencia. Y como él me ubicó a través de mi blog, me permití pedirle autorización para publicar un fragmento de su vida:

“…Algo parecido – dice en una parte de su carta -, me sucedió cuando me abandonó mi primera mujer, Ginette, dicho sea de paso, un magnífico ejemplar de mujer mestiza. ¡Uf! Lo que se dice, una hembra, mi amigo! ¡Con unas piernas largas, como suspiros de amor! ¡Uf! ¡Me enamoré como un loco!

La saqué de la segunda fila de un cuerpo de baile de mala muerte en Buenos Aires, y me la llevé en gira artística hasta el Caribe... En ese tiempo yo me dedicaba al ilusionismo bajo la tutela de mi maestro Emad Mahmoud, originario de Bagdad. ¡Como hijos nos quería Emad, a Ginette y a mí!...

A su muerte, Emad Mahmoud, nos dejó en herencia un magnífico número de ilusionismo. Metida dentro de un ataúd, yo cortaba a mi mujer en cuatro partes, separando los trozos de la urna. Y al toque mágico de mi bastón sobre las partes cercenadas... ¡Para qué te voy a contar! ¡Era un número extraordinario! ¡Lo que se dice un éxito! Ginette y yo recorrimos una y otra vez todo el Caribe y Centro América, llenando teatros, carpas y galpones, asombrando a cultos e incultos, a civiles y militares…

¡Pero mi amigo! La verdadera traición tiene un cuchillo que mata: es la sorpresa, lo imprevisto, lo insospechado. Un día, durante el número aquél del ataúd, Ginette, aprovechando su desaparición momentánea, se fugó con nuestro empresario, un polaco inmigrante que hacía un pingüe negocio adicional recolectando mujeres para los ricachones de Las Bahamas.

-"¡Quién! ¿Ginette? ¡Infelices! ¡Mal nacidos!", les gritaba yo a los hombres que me daban la noticia en los bares del puerto de Maracaibo.

Defendiendo el honor de mi mujer me trencé a golpes innumerables veces aquella noche. Hasta que revolcado en petróleo, más negro que los negros del Caribe, y con el ron saliéndome por las orejas, desperté al día siguiente, botado sobre unos deshechos del puerto...

Y así, como una aparición de ultratumba, pringado de petróleo y ahogado por la humedad caliente de Maracaibo, caminé en dirección al hotelucho en donde pernoctábamos. Con la esperanza que allí estaría Ginette, como otras veces, frente al espejo, poniéndose sus grandes pestañas que le daban ese aire de egipcia melancólica...

¡Pero no! La egipcia traicionera “se había cansado de ser descuartizada todas las noches”. Así decía la carta clavada en el marco del espejo... Para qué te cuento, mi amigo. El vacío que deja una traición hiela hasta la pepa del alma.

Salí sin rumbo del hotel, chico. Asimismo, sin asearme... Embadurnado de petróleo yo parecía un susto caminando.

Pregunté, rogué, imploré..., pero todo el mundo me volvía la espalda... Aquella mañana – paradojas de la vida - yo era el monstruo que había inducido a mi mujer a vender su cuerpo y su alma. Figúrate, yo, "el pichichu", ¡las mujeres te ponen cada nombre!

Con la vista perdida, arrastré mis pies y mi soledad buscando el lugar más alto de Maracaibo... Todo había terminado para mí... ¡Pero he ahí, que un rayo de luz radiante fulminó a la Parca montada en mis espaldas aquella mañana! ¡Era la Luz de mi salvación, recordado amigo!

Allí, en el puerto de Maracaibo, justamente, en el infierno mismo, un santón persa de luengas barbas y túnica blanca estaba ante mí. Me dijo:

-"Salud a ti, buen hombre, que vives entre los malvados, y luminoso en medio de las tinieblas"-...

Caí de rodillas, te lo juro, sin saber cómo. Y sin mi voluntad también, mi voz preguntó:

-"¿Cómo están nuestros padres, los Hijos de la Luz, en su ciudad?"

Y aquél Espíritu Viviente me contestó tan dulcemente:

-"Están bien"...

Entonces, miré en mi derredor…, y rompí en llanto. Mi voz brotó como león rugiente, te lo juro. Mesándome los cabellos golpeé mi pecho y dije: -"Maldito, maldito sea el creador de mi cuerpo, el que unió a él mi alma, y los rebeldes que me sojuzgaron!"...

Pero en medio de mis llantos, aquella forma de hombre que seguía estando a junto a mí, me reveló entonces que no era el Señor quien había creado mi cuerpo, sino el Demiurgo. Agregando:

-"Limpia tu rostro, limpia tus manos, limpia tu alma. Tu Patria de Luz te espera"...

Y entonces, su figura se diluyó en el éter… Y yo me quedé allí, de hinojos, con los brazos abiertos en cruz, como un coral negro a causa del petróleo que aún me pringaba. Cegado por la pesada luz caribeña y por mis lágrimas negras, quise... ¡Ay, mi amigo! Es una historia muy terrible…

Quiero que sepas, recordado amigo, que la salvación tiene un camino largo y zigzagueante... Luego del momento de la revelación, continúa la práctica cotidiana, tumba del espíritu... Renunciar a los sentidos no es nada fácil, amigo, nada fácil...

Pero hoy, limpias mis manos y mi alma, aquí vivo, en un cerro de Caracas, sanado y sanando a los hermanos iniciados que quieren acercarse a la luz… Pronto viajaré a Irán, en busca de las fuentes de Manes, el profeta de la Luz…”

Releo su carta, y no me encaja. No me encaja de santón, mi amigo chillanejo, el flaco Mario… Pero claro, han pasado más de 50 años. El flaco, según me cuenta, antes de la “revelación”, fue masólogo y quiromántico. Estuvo preso dos años por falsificación de documento público, en Veracruz, en fin…, hasta que conoció a su maestro Emad Mahmoud y a la “egipcia traicionera”...

“Me despido, dice al final de su carta, con la esperanza y los buenos deseos que en el 2010, tú y los tuyos, sepan cultivar la buena energía que nos dona nuestro Padre de la Luz”...