Miércoles 03 septiembre 2008
¡Si usted creía que el Hombre era más respetuoso de su medioambiente antiguamente, desengáñese! No contento de haber exterminado probablemente numerosas especies de animales en Australia, el Hombre habría reincidido en Tasmania hace 41.000 años, según un estudio aparecido en el diario Proceedings of the Nacional Academy of Sciences.
Hasta ahora, se señalaban los cambios climáticos como los grandes culpables de esta extinción. Pero el descubrimiento de nuevos fósiles de esta fauna desaparecida 2000 años después de la llegada del Hombre sería la prueba irrefutable de su responsabilidad.
Otros estudios habían demostrado ya que 97% de la fauna de Australia, continente vecino a Tasmania, había desaparecido hacía 46.000 años, poco después que el Hombre se había instalado allí”.
Hasta ahí la noticia del diario. De manera que tiene mucha razón mi amigo Merardo cuando dejó escrito en sus cuadernos que me regaló antes de morir:
-“Entre el Mono y el Humano
durante la evolución,
es el último eslabón
- a pesar de los cristianos -,
el que debió ser hermano
pero que nunca lo fue”,
dijo un científico inglés:
“Ese eslabón es el Hombre
que se da tanto renombre
porque camina en dos pies.”
Y un biólogo que escuchaba
a ese científico inglés,
bebiendo un sorbo de té
dijo que no rechazaba
lo que el colega expresaba:
“Al contrario, estoy de acuerdo,
porque el hombre pereciendo
demuestra en meses y días
que no era más que una vía
pa que otros sigan comiendo”.
Una cosa hay que admirar
al aberrante bípedo:
que siendo así de ríspido
no ha parado de inventar
normas, leyes a raudal
que las llama teorías,
pero son ideologías,
tienen aspecto de ciencia
pero son sólo apariencias,
fardos de mitología.
Es tanta nuestra arrogancia
que construimos de muestra
un Dios perfecto y a nuestra
imagen y semejanza
¡Qué apestosa petulancia!
¡Y qué afán de hipocresía
decir que a los siete días
nos hizo un Gran Creador
signándonos superior,
llenos de sabiduría!
Y así, desde hace milenios
cuando caímos del árbol
pegándonos contra algo
- a falta tal vez de ingenio -
nos pensamos como genios
Ese golpe en la mollera
nos llevó por las praderas
recogiendo desperdicios
que otros con más oficio
dejaban en las laderas.
Así encontramos las cuevas
llenas de otros mamíferos,
reptiles, y hasta plumíferos
que pasaron por la prueba
de luchar por quién se queda ,
contra este intruso tardío
que dijo “¡Esto es mío,
porque lo traigo en la sangre!
¡Quitáos que tengo hambre!”,
y expropió todos los nidos.
Si parezco pesimista
hablando del Homo Sapiens
es para que muchos sacien
el alma llena de aristas
Es mejor ser realista
para parar la locura
que día a día asegura
- lo dice gente notable -
que no somos responsables
de asesinar la hermosura.
La humildad vive maltrecha
en un permanente acoso,
como si fuera un despojo,
tratada como maleza.
Es un guerra muy vieja
del Hombre, que no quisiera
aceptar su verdadera
tarea para este mundo
y es la de servir de inmundo
alimento de bacterias.